miércoles, 9 de septiembre de 2009

La más trágica historia de amor.





La historia de Doña Inés de Castro está marcada por el apasionado romance que mantuvo con el Príncipe Pedro, futuro Rey de Portugal, Pedro I, el "Justiciero


" o el "Cruel", y que terminaría con su asesinato en Coimbra en el año 1355.


Hija de Don Pedro Fernández de Castro y Doña Aldonza Suarez de Valladares, Inés nació en A Limia-Ourense, Galicia, en el año 1320. Cuando apenas contaba siete años y tras la muerte de su madre, Don Pedro la envía al Castillo de Peñafiel donde será educada junto a su prima Costanza Manuel, hija del infante Don Juan Manuel y Costanza de Aragón.


En el año 1338, tras recibir los pertinentes permisos de la Casa Real de Castilla, Costanza Manuel parte hacia Lisboa donde, en agosto de 1339, contraerá enlace con el Príncipe Pedro, hijo de Alfonso IV de Portugal.


Se dice que la belleza de Inés, que acompañaba a su prima en calidad de dama parente, cautivó al instante al joven Príncipe que la definiría como muchacha bellísima de cuerpo esbelto y cuello de garza. Al parecer, a partir de ese momento Inés y el Príncipe mantuvieron una relación secreta.


El Rey luso Alfonso IV, padre de Pedro, intervino, desterrando a Inés a Albuquerque- Extremadura, sin embargo el Príncipe incapáz de olvidarla, la visitó con insistencia. El 13 de noviembre de 1345 Costanza, esposa del Príncipe Pedro, fallecía después de dar a luz al tercero de sus hijos, el futuro heredero Fernando. Una vez viudo, ninguna razón obligaba al Príncipe Pedro a ocultar su relación con Inés, fruto de la cual nacerían Joao, Alfonso, fallecido prematuramente, Dionis y Beatriz.


El Rey cada vez más preocupado por la situación y el futuro de su nieto legítimo Fernando, se reunió con algunos de sus nobles el 7 de enero de 1355 en Montemoro-Velho, y estos le aconsejaron que debía quitar la vida a Doña Inés.


Parece ser que los principales instigadores fueron tres señores, enemigos de los Castro, llamados Alonso Gonzálvez, Pedro Coelho y Diego López Pacheco. A pesar de sus dudas, un dia que el infante Pedro había organizado una cacería, el Monarca se dirigió secretamente al Monasterio de Santa Clara, próximo a la "Quinta das Lágrimas" en Coimbra. Conocedora Doña Inés de las intenciones del Rey, se rodeó de sus hijos y salió a esperarlo, logrando su compasión con lágrimas y súplicas, sin embargo algunos de los caballeros que le acompañaban, entre ellos Gonzálvez, Coelho y López Pacheco, le rogaron que les enviase a matar a Doña Inés, y no debió oponerse el Rey, puesto que los dichos caballeros entraron donde estaba Doña Inés y la mataron a puñaladas en presencia de sus hijos.


Al conocer los hechos, Pedro reunió a sus leales y declaró la guerra a su padre, sitió la ciudad de Oporto y durante meses el clima de guerra invadió Portugal. En agosto del mismo año padre e hijo firmaron un tratado de paz que se prolongaría hasta la muerte de Alfonso IV, dos años más tarde. Don Pedro fue coronado como Rey y se le conocería como Pedro I, el Cruel, o el Justiciero.


Mientras los asesinos de Doña Inés permanecían refugiados en Castilla, donde se habían exiliado aconsejados por Alfonso IV, Don Pedro I preparaba su venganza y asi, después de solicitar a la corona castellana su extradición, dio a conocer que antes de la muerte de Doña Inés y en secreto, habían santificado su unión ante el obispo de Guarda y de algunos servidores y que por tanto ella era la Reina legítima de los portugueses.


El Rey castellano, también llamado Pedro I, el cruel, accedió a la petición del Rey portugués devolvió a dos de los asesinos, ya que el tercero, Diego López Pacheco, había conseguido escapar y su pista se perdía en la Corte Papal de Aviñon. Alonso Gonzálvez y Pedro Coelho expiaron de un modo terrible su crimen.


Doña Inés fue declarada Reina de Portugal después de muerta, fueron suntuosos los funerales que se le hicieron; su cuerpo fue depositado en el Monasterio de Alcobaça, en una tumba de mármol blanco.
Doña Inés de Castro, ha sido inspiración de innumerables artistas, poetas, escritores y compositores, comenzando por Luis Vaz de Camôes, que narró su muerte en Os Lusíadas, Lópe de Vega, Luis Vélez de Guevara, Alejandro Casona, María Pilar Queralt del Hierro y muchos más. Tomás Giribaldi, compositor uruguayo, escribió una opera en el año 1905, basada en la trágica historia.
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viernes, 4 de septiembre de 2009

Ivan Rebroff in Memoriam -- Kalinka Malinka


"Kalinka" Es una conocida canción rusa. Ha sido confundida como una genuina canción folklórica, pero realmente fue escrita en el año 1860 por el compositor Iván Petróvich Lariónov (1830-1889), siendo interpretada por primera vez en Saratóv como parte de una obra teatral que él había compuesto. Pronto fue añadida al repertorio de un grupo coral folclórico.