domingo, 28 de junio de 2009

Mohandas Gandhi. 1869 - 1948

" Ha demostrado que se puede reunir un poderoso séquito humano, no sólo mediante el juego astuto de las habituales maniobras y trampas políticas, sino también con el ejemplo convincente de una vida moralmente superior.Quizas las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo."Fue el padre de la teoría de la relatividad, Albert Einsten, quien expresó la admiración que le producía la figura de Gandhi con estas acertadas palabras.
Ciertamente, si bien Gandhi no fue el fundador de ninguna religión, el ascendiente que ejerció sobre sus contemporáneos tuvo un carácter moral y casi religioso, una dimensión espiritual que sólo encontramos en los antiguos profetas, a los cuales igualó en carisma y poder de convocatoria. En este sentido, el papel de Gandhi en la historia del siglo XX no sólo se circunscribe a su influencia en el proceso de independencia de laIndia o a su testimonio como pacifista, sino que su ascetismo y su idealismo práctico marcaron un hito en un mundo caracterizado por la crisis de los valores del espiritu. Aunque fue sólo un hombre deseoso de perfeccionarse a si mismo y a sus semejantes, Gandhi acabó siendo venerado y secundado como un santo, y un fanático lo convirtió en mártir al disparar sobre su cuerpo escuálido, semidesnudo e inerme.
El origen de ese ideal de perfeccionamieto que Gandhi persiguió durante toda su vida se encuentra, sin duda, en las creencias de sus padres, pertenecientes a la secta visnuita y a la vez respetuosos de los principios del jainismo. Para los adoradores de Visnú, el dios benevolente y místico del hinduismo, la fuerza espiritual de un hombre depende de su ascetismo, de la pureza de su corazón y de su capacidad para perdonar las injurias y autodisciplinarse; en cuanto al jainismo, doctrina fundada por Vardhamana Mahavira, se asienta en cinco preceptos fundamentales: no hacer daño a ningún ser vivo, decir siempre la verdad, no apropiarse de nada ajeno, permanecer despegado de los bienes materiales y ser casto.Este ideario debió de calar muy hondo en la conciencia del niño Mohandas Karamchand, el benjamín de la familia Gandhi, nacido en Porbandar, en la región india de Gujarat, el 2 de octubre de 1869. KaramchandGandhi, su padre, era un abogado de cierto renombre casado cuatro veces; su última esposa, Pulitbai, fue la madre de Mohandas.
La infancia y la primera adolescencia de Mohandas transcurrieron caracterizadas por tres hechos: la veneración que sentía hacia sus padres, la mediocridad con que sacó adelante sus estudios y lo apocado de su carácter.Contaba trece años cuando, según los usos y tradiciones del país, se llevó a cabo la ceremonia de su matrimonio, concetado seis años antes, con Kasturbai Makanji, que tenía su misma edad. Con el paso del tiempo, Kasturbai se transformó en una mujer sencilla, tenaz y reservada, quien siempre en la sombra, nunca dejaría de ser el más firme apoyo para su marido en los momentos difíciles.
En 1887 Gandhi aprobó en Ahmadabad, capital de Gujarat, el examen que le abría la puerta de los estudios superiore y de la universidad. Se había convertido en un alumno aplicado y sus preferencias se inclinaron hacia la Medicina, pero era preciso contar con la opinión de sus familiares. Todos le dieron a entender que un visnuita como él no podía ejercer una profesión en la que se practicaba la disección y se infligía dolor a seres vivos, aunque fuera para sanarlos. Puesto que el padre de Gandhi acababa de morir, lo mejor era honrar su memoria siguiendo sus huellas; debía estudiar abogacía, y la forma más rápida y eficaz de hacerlo era ir a Inglaterra.
En Londres, Gandhi se propuso metamorfosearse en un verdadero" gentlemand ingles". Encargó varios trajes, adquirió un costoso sombrero de copa, aprendió a hacerse el nudo de la corbata y para que no sólo su aspecto y su indumentaria fuesen adecuados, quiso refinar también su comportamiento tomando clases de baile y de dicción. Pero lo más importante de la época pasada en la metrópoli no fue este empeño más o menos ridículo, ni siquiera su paso por la universidad, sino el descubrimiento de dos libros que con el tiempollegarían a ser la base de sus concepciones religiosas y de sus metas espirituales: el Bhagavadgita y la Biblia.
Gandhi leyó el Bhagavadgita por primera vez a los veinte años, experimentando cierto sentimiento de vergüenza por hacerlo tardíamente y en el extranjero. Este libro, que es para el hindú lo que el Antiguo Testamento para los judios o el Corán para los musulmanes, forma parte del poema épico titulado Mahabharata y contiene un diálogo teológico-filosófico entre el dios Krisna y el héroe Arjuna. En él, Gandhi encontró formulados muchos de los problemas morales que le preocupaban, y se impregnó del espíritu de lucha que emanaba de sus páginas.
Del mismo modo le fascinaron ciertos pasajes bíblicos del Nuevo Testamento, en especial unas frases del Semón de la Montaña que guardaría siempre en su memoria: "Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os abrrecen; a quien te hiere en una mejilla,preséntale también la otra, y a quien te quitare la capa, ofrécele la túnica."
El 10 de junio de 1891 Gandhi conseguía el título de abogado y dos días después se embarcaba para su patria. De regreso en la India se dispuso a ejercer su profesión y lo intentó en Bombay y Rajkot, pero su desconocimiento del derecho Hindú y su proverbial timidez, que le impedía hablar en público durante los juicios, determinaron el fracaso de la empresa. Sin embargo, descubrió que poseía una capacidad poco común para redactar por escrito todo tipo de solicitudes y dictámenes referentes a cuestiones legales, así que cuando la firma Daba Abdulla & Co. pidió un consultor jurídico para su delegación en África del Sur, Gandhi se presentó sin dudarlo un momento.
En África del Sur, las tensiones entre colonos ingleses y holandeses (bóers) estaban a punto de desembocar en una guerra civil. En medio de este clima, Gandhi fue testigo de la discriminación racial que pesaba sobre sus compatriotas y, al tiempo que se ganaba la vida practicando la abogacía, comenzó a desarrollar una intensa actividad pública tendiente a defender los intereses de la comunidad india.Esto le llevó a fundar en 1894 el partido Natal Indian Congress y a convertirse en el principal dirigente político de los inmigrados Hindúes. Cuando cinco años más tarde estalló la guerra entre bóers e ingleses, Gandhi se comprometió con éstos y organizó un cuerpo de ambulancias atendido por voluntarios hindúes. Por aquel entonces todavía consideraba al Imperio Británico como una institución providencial y protectora, y por consiguiente se puso a su disposición con total lealtad y entrega. Esta actitud se manifestaba en su atuendo y en su modo de vida: vestía a la moda europea, residía en un distrito elegante de Durban y tenía unos ingresos profesionales de cinco mil libras anuales. Del mismo modo que en Londres había descubierto el Bhagavadgita y la Biblia, a lo largo de su estancia en África del Sur Gandhi leyó una serie de textos que lo conmovieron profundamente y lo ayudaron a perfilar los métodos más importantes de su lucha posterior. Fueron influencias tales como la valoración del trabajo manual propugnada por el crítico de arte, escritor y reformador social inglés John Ruskin; la idea de la desobediencia civil defendida por Henry David Thoreau, pensador estadounidense que rechazaba la dependencia del individuo de cualquier institución, o el pacifismo anarquizante del escritor ruso León Tolstoi, hacia el que Gandhi profesó siempre una gran admiración, las que le impulsaron a reflexionar sobre una nueva visión de las doctrinas y el modo de vida propuestos por el hinduismo. El resultado fue un corpus de pensamiento que fundía las ideas de estos reformistas occidentales con algunos principios del misticismo hinduista y visnuita, un mensaje a la vez social y religioso basado en dos pilares fundamentales: la "satyagraha" o "fuerza de la verdad", base de la resistencia pasiva, entendida ésta no en sentido negativo sino como despliegue del impulso espiritual de quien sitúa la búsqueda de la verdad por encima de cualquier otra circunstancia; y la "ahimsa" o no violencia, que impide responder al mal con mal y constituye el medio más adecuado para encauzar la "satyagraha".
Gandhi concibió esta síntesis de principios en torno a 1906 e inmediatamente empezó a ponerlos en práctica contra la legislación discriminatoria de Africa del Sur: cuando un decreto exigió la inscripción obligatoria de todos los asiáticos en un registro especial, para lo que era preciso tomar a cada uno las huellas dactilares de los diez dedos, el joven abogado Mohandas llamó a la resistencia pasiva.No tardaría en ser encarcelado junto con ciento cincuenta compañeros de su movimiento de resistencia: daba comienzo su lucha y también su interminable peregrinar por las cárceles del Imperio Británico.
La realización plena de su ideario requería también una práctica colectiva. Por ello, en 1910 abandonó su actividad como abogado, hizo un voto solemne de renuncia a toda propiedad privada y creó una comunidad autosuficiente en una granja cercana a Durban a la que llamó Granja Tolstoi. Todos los miembros aportaban su trabajo para lograr la independencia económica y se comprometían a reducir al mínimo las exigencias de alimentación y vestuario, practicando a rajatabla el riguroso principio de que todo cuanto uno no puede realizar con sus propias manos es superfluo. Al igual que el trabajo diario en los campos, también era obligatoria la participación en los actos religiosos que respondían a las creencias particulares de cada uno de los integrantes de la comunidad.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Gandhi regresó a la India dispuesto a poner en práctica sus ideas en su propio país y luchar sin descanso para encontrar modos de actuación que hicieran posible un cambio de costumbres en sus compatriotas. Precedido por su bien ganada fama de dirigente, las masas le tributaron un caluroso recibimiento y el poeta Rabindranath Tagore le aplicó por primera vez el calificativo de Mahatma (Alma Grande). Se había convertido en un karmayogi, un hombre que busca sin descanso la autorrealización actuando de modo absolutamente desinteresado y sirviendo de guía a quienes lo rodean, y el 20 de mayo de 1915 fundó en Ahmadabad el Sabarmati-Ashram una comunidad similar a la de la Granja Tolstoi, desde la cual irradió su influencia por todo el país. Su modo de vida y su vestimenta pasaron a ser estrictamente hindúes y sus necesidades se redujeron a lo imprescindible.
Bajo la dirección y el ejemplo de Gandhi comenzó para la India un período de transformación sin precedentes. En sus palabras y escritos, el Mahatma comenzó a fustigar el imperialismo británico, al que consideraba ya como un sistema satánico. Su antigua opinión de que Inglaterra favorecía la prosperidad mundial se había deslizado al polo opuesto al encontrarse de nuevo ante la miseria y la opresión política que sufría su pueblo. El Mahatma estaba convencido de que era preciso rechazar la civilización material de Occidente para volver a las costumbres tradicionales, de las cuales la más simbólica era la propia indumentaria. Tras la Primera Guerra Mundial, los británicos reafirmaron su propósito de mantener el dominio sobre la India, y Gandhi, aunque no era exactamente un político, decidió hacer suyas las aspiracione de los nacionalistas, aglutinados en el Partido del Congreso, y lanzó su primera campaña de desobediencia civil en 1919, en respuesta a una disposición británica que perpetuaba el estado de excepción establecido durante la guerra. Se trataba de una combinación de "satyagraha y ahimsa" manifestada en una actitud de no cooperación en la vida pública, de negativa a pagar los impuestos y de boicot a los productos británicos, sin recurrir a la violencia. A esta primera acción siguieron otras muchas.Gracias a la fuerza de atracción que le proporcionaban su desdén por los bienes materiales, su espíritu de sacrificio y el empuje de su sentimiento religioso, Gandhi despertó a las masas populares y empezó a ser venerado por millones de hombres y mujeres en toda la India.
Después de una de sus campañas de desobediencia, en 1922 fue juzgado y condenado a seis años de carcel, pero por razones de salud salió en libertad y pasó a ocupar la presidencia del Partido del Congreso, la organización política que dirigía la lucha contra los británicos.
Tras la famosa "marcha de la sal", en la que Gandhi fue seguido por la multitud hasta el mar para alli coger con sus manos un puñado de sal y de este modo romper simbólicamente el monopolio colonial sobre una de las principales riquezas de la India, el Mahatma empezó a ser reconocido como interlocutor válido por la metrópoli. A pasar de que esta acción le supuso una nueva estancia en la carcel, Gandhi obtuvo permiso para participar en 1931 en la segunda "Round Table Conference" (Conferencia en Mesa Redonda) sobre la independencia de la India, celebrada en Londres en 1931. Pero la reunión fue un fracaso y Gandhi fue detenido de nuevo a su regreso. A partir de ese momento comenzó una serie de durísimos ayunos para protestar por el tratamiento político que se infligía a los intocables o parias, el grupo de los sin casta considerados impuros por la comunidad hindú. Esta nueva lucha fue coronada por el éxito al firmarse el pacto de Yeravda entre intocables e hindúes el 26 de setiembre de 1932; los parias no volverían a ser discriminados en las cuestiones electorales, aunque todavía hoy siguen siendo marginados en la vida cotidiana por las castas superiores.
Al dar comienzo la Segunda Guerra Mundial en 1939, muchos pensaron que Gran Bretaña reconocería a la India como nación libre e independiente. Pero al contrario, las autoridades inglesas decidieron incluir al país en los preparativos bélicos sin consultar previamente con los líderes nacionalistas, lo que obligó al Partido del Congreso a radicalizar su actitud. Gandhi, que en setiembre de ese año había dirigido una conmovedora carta a Hitler pidiéndole que siguiera los senderos de la paz, se sumó a las protestas y encabezó una campaña final de desobediencia, llamando al boicot de las actividades preparatorias de la guerra y exigiendo la completa independencia de su país.
En agosto de 1942 fue encarcelado con su esposa Kasturbai y otros dirigentes del Partido del Congreso, y se dispuso a realizar un ayuno que duró veintiún dias. Kasturbai murió en prisión en 1943 y él fue puesto en libertad al año siguiente; el Mahatma no volvería nunca más a una celda británica, pero había pasado en ellas, durante toda su vida, un total de 2.338 días.
Al concluir la contienda, Gandhi se opuso tenazmente al proyecto inglés de dividir el subcontinente en dos Estados, India y Pakistán, que acogiesen a las dos comunidades hindú y musulmana, pero no pudo evitar que estallasen violentos disturbios y enfrentamientos entre ambos grupos religiosos. Por ello, cuando el primer ministro ingés Clement Attlee anunció la división de las Indias Británicas en dos países, Gandhi experimentó una de las decepciones más tristes de su vida, pues siempre había luchado por una India unida que acogiese en su seno a todas las confesiones y sectas.
El 30 de enero de 1948 Gandhi se encontraba en Nueva Delhi. Durante todo el día había conversado con el jefe del primer gobierno de la India independiente, su amigo Jawaharlal Nehru, y con su segundo de a bordo, Vallabhbhai Patel. A pesar de las diferencias políticas y religiosas que les separaban del Mahatma, ambos lo consideraban el guia espiritual y la verdadera encarnación del pueblo indio. Tras cenar un plato de verduras cocidas y un puding de frutas con jengibre, limon y alcíbar, Gandhi se dirigió a orar al jardín de la Birla House, donde se hallaba alojado, apoyándose en dos de sus seguidores. En el pequeño jardín había congregadas unas quinientas personas, y entre ellas se encontraba Hathuram Godse, un fanático afiliado a un grupo radical que proclamaba la superioridad del hinduismo y que consideraba al Mahatma un traidor por haber apoyado la integración de los musulmanes. Mientras las gentes abrían paso a Gandhi, Godse salió a su encuentro y desde muy cerca le disparó tres tiros a quemarropa. La sonrisa de Gandhi se transformó en un gesto de dolor, pero antes de morir aún tuvo tiempo de invocar a Rama (Dios) y bendecir a su asesino. Poco después, Nehru resumía la consternación de todo el país con estas palabras:"La luz que iluminaba nuestras vidas se ha extinguido."

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