Tras tanto caminar, nunca cansarme.: Soneto. Guillermo Blest Gana. Autor

viernes, 18 de abril de 2008

Soneto. Guillermo Blest Gana. Autor

Al llegar a la página postrera
de la tragicomedia de mi vida,
vuelvo mi vista al punto de partida
con el dolor del que ya nada espera.

¡Cuanta bella ilusión que fué quimera!
¡Cuanta noble ambición desvanecida!
¡Sembrada está la senda recorrida
con las flores de aquella primavera!

En esta hora fúnebre y sombría,
de severa verdad y desencanto,
de sereno dolor y agonía,

es mi mayor pesar, es mi quebranto
no haber amado más, yo que creía,
yo que pensaba haber amado tanto.

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Juan Ramón Jiménez.

...Sólo la luz de la tarde, que hace el prado rosa y oro, sólo el ocaso infinito que me dslumbra los ojos,la soledad junto l mar, el amor entre los chopos. Iré a la fuente ruinosa teñida de un sol histórico, por la vereda de céspedes que embriagan los aromos; allí soñaré un vivir libre, claro y melodioso. ¡Oh bienestar! ¡Oh ventura! El verderón melancólico endulzará la elegía del blando pinar humbroso; serán más hondos los céfiros, el soñar se hará más hondo...¡Beso triste! ¡Pena alegre! ¡Nada del mundo de todos!¡Una divina esperanza en un recuerdo alegórico! ¡Sólo la ola y el sol, el viento y la rosa, sólo! No volveré más...Será un viaje misterioso, llevado, indolentemente, de un encantamiento en otro, por las sendas más ocultas que ya no tienen retorno.

Sor Juana Inés de la Cruz.

Ruben Darío.

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque ésa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, nimayor pesadumbre que la vida consciente. Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, y sufrir por la vida y por la sombra y por lo que no conocemos y apenas sospechamos, y la carne que tienta con sus frescos racimos, y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, y no saber adónde vamos, ¡ni de donde venimos...!

Victor M. Londoño.

Sobre la flor de los naranjos crece, y en ronda queda orevolando aprosa,en el dorado estambre se divisa el colibrí, que tiembla y resplandece. Con zumbo suave en derredor se mece simulando el suspiro de la brisa; en la llama del cámbulo se irisa y en la verdura del nopal florece. El sol, la miel, el voluptuoso anhelo prestan vigor a sus volubles alas; es un tributo de la tierra al cielo. Tal el poeta en su girar de abeja: en frágil haz de refulgentes galas toda la luz de la creación refleja.

Palabras para un amigo. Autor Alejo Gutierrez.

Hace mucho tiempo quería hablarte Tantas veces hemos estado juntos, y hoy, la vida me ha llevado a que no vaya tan a menudo a visitarte como antes, cada vez que puedo lo hago y siempre te tengo presente. He tratado de imaginarme de qué forma,podía juntar tus pedazos, que se asemejan mucho a los pedazos míos, los cuales me cuesta juntar también, cada vez que te miro. Vos, que estás allí, quién sabe desde cuándo, te fuiste alimentando de las historias que la corriente cristalina te traía; historias de mirada campesina hacia adelante; historias que también solía contarte tu amigo, desgarbado, flaco, figura quijotesca, que se plantó cerca del paredón.¡Con qué alegrìa las recibías, y con qué orgullo se las entregabas al viento y a los pájaros, para que las llevaran, y contaran de un pueblo que estaba floreciendo.¡Cuánta tristeza sentimos algunos, al ver como se quebraban tus alas! Sin piedad, en nombre del progreso, las fueron rompiendo, sin saber, porque los escritorios no entienden otra razón, que no sea la de los números y los datos rebuscados, que estaban rompiendo algo más que eso tangible. Estaban rompiendo parte del rostro de nuestra alma; parte de nuestra identificación.Si alguien pudo evitarlo, no lo hizo. Aquí la mayoría, por obra y gracia de unos iluminados, que hace mucho están entre nosotros; creyendo que lo bueno está en ese mundo demasiado acuoso, que se mueve constantemente entre el mal gusto, la pobreza de espíritu, el no me importa, el individualismo; esa mayoría miró para otro lado.Al parecer, todo eso, sumado a la indiferencia, son una virtud en este tiempo. Toda esa masa, encandilada por las luces de colores y el jolgorio, no se dio la oprtunidad de ir a verte, y que vos, con ese lenguaje silencioso, con ese murmullo, que te presta el agua, les contaras de dónde venimos, de nuestras raíces. Claro, que es probable, que tampoco sepan ellos, hacia dónde van. A pesar de tu dolor, de ver que nadie levantaba una voz para defenderte, te conformaste con saber que tus pies, seguían unidos a la tierra; con ver cómo, tu amigo, el arroyo, seguía mojandote, con su abrazo fresco y luminoso. Simplemente, esperabas, con impaciencia a veces, como muchos de nosotros, los que sabemos de tu importancia, ser útil de nuevo. Querías ver pasar de nuevo a tu gente, ya no como en aquellos tiempos en los cuales las familias enteras, iban a buscar tu sombra en el verano, y vos, travieeso, remedabas con tu eco, la risa de los gurises. Aquellos tiempos, no volverán. Aunque a algunos, les cause gracia, risa, muchos de los que etrañamos tu figura de antaño, soñamos, con qué algún dia, este pueblo, tu pueblo, pueda escapar del maleficio de los "genios", y empecemos a volver aquel mundo que soñaron nuestros mayores; un mundo sin falcedad, sin tanto vacio. A una sociedad más unida, más consciente de su futuro, y dejemos de lado, esta "zoociedad".Ojalá, estos cambioscomiencen, antes de nuestra partida, pues así la misma será, con la tranquilidad y la certidumbre de que lo mejor, está por venír. Mientras, seguirás siendo, no solo un puente, entre la memoria y el corazón. Hasta pronto, amigo.

Tras tanto caminar, nunca cansarme.

viernes, 18 de abril de 2008

Soneto. Guillermo Blest Gana. Autor

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